Fuego que quema las entrañas si no estás presente y enmaraña cuerpo y mente. Atraganta el alma y espanta la calma. Retumba nuestra vida en los quicios de las venas que envidian las penas y los atardeceres propicios escondidos en una lágrima, en un escalofrío y en los resquicios de placeres aún no vividos, fríos, sentidos y añorados, pulcros en impíos cual pàtina, y poblados de sentidos. Retumba nuestra historia y hace notoria la piel erizada cuando es pensada, cada instante, aplastante, con una conexión inexplicable cual hilo rojo e intachable brillo en los ojos. No estás y te anhelo, te añoro sin decoro, entre lágrimas y sátiras, pero se que vendrás y apartarás el velo que iluminará el camino y nuestro destino. Es tu misión, te lo dice el corazón que te grita estridente aunque tu falsa razón lo atormente y lo silencie. Te echo de menos, cada día, en cada vida, desde un tiempo eterno que me guía a tu encuentro, y tú sientes lo mismo, y también vagas en un abismo, de momento. Eres tú, eres luz, y cuando te sueño, despierto y cuando duermo, te siento. Soy yo, soy tu luz, soy tu mejor tormento y soy tú . Se que vendrás y cogerás mi mano, y el tiempo de antaño se detendrá en vano porque el infinito es para siempre y convierte un año en un doble infinito, dos hilos que se cruzan, que se sudan, que invierten las dudas y las asienten en un hilo único de ternura para siempre. Un hilo rojo, que acojo en mi seno, que es lento pero bueno, que es incierto y travieso pero se tatúa en los dos, y acentúa los pros. Pase lo que pase, somos eternos, y aunque ahora abrase, tú y yo somos nuestros…
Cuando la luna canta, anuda la garganta de una forma abrupta, casi corrupta, y por norma destruye la duda, porque te desnuda. Ya no sientes miedo, sólo con contemplarla, húmedo el corazón y el ojo se empaña, con razón. Es magnánimo su embrujo, y el ánimo cruje en una sonrisa sin prisa, perfecta, correcta, despierta. Cuando la luna vierte su magia convierte la melancolía en suerte, y no plagia la fantasía, sino que despierta el alma en una utopía en calma, abierta a la fechoría del amor y del color de la noche sin dolor, del derroche de pasión, y se alía con una canción que tarareas sin razón y con la que mareas la noche…
Ronroneos de un noche calmada a la luz tenue de la llama. Meditaciones inertes y paseos por los rincones del subconsciente. Si te escuchara ahora no lo creería porque me sorprenderías ensimismada en el recuerdo, aletargada en un espejo que me muestra mi alma y mi complejo. Un día tu voz se convirtió en eco y desde entonces tan solo eres algo que fue y no fue. Y a veces peco y doy algún traspié cuando vuelvo la vista atrás y casi te huelo de nuevo. Y a veces pretendo que ya no te siento cuando te veo y sonrío y miro al frente una vez más, y trato de mostrar mis ojos vacíos pero me sale mal. Algunas veces son cristalinos, otras opacos, o quizá sonrío de pena y lloro de risa, o aplaco la solera de la decepción que una vez sonó como una canción, y ahora ha dejado un halo de prisa por que ya no suene tu brisa, ni tu recuerdo, ni mi emoción. Me hago mayor, maduro, y aprendo de cada error y lo apuro para poder ser mejor cada día y en cada nueva melodía. Ya tan sólo eres eco, y yo sólo me mezo sola en el lecho…
(los dibujos son de Nonnetta, y me parecen preciosos)
Gritos ahogados, despiadados. Silencios estridentes, candentes. No puedo, me quemo, no puedo, me temo. Mariposas despistadas, defraudadas, aletean sin rumbo dando tumbos. Días de verano insanos, días de letargo maltrechos, despechos y despiadados, anulados y en barbecho. Tan cercano y tan lejano, tan profano de un amor y un clamor, de un hermano de alma, y de calma… ¿no lo ves? Todo está al revés…
Vacila, sacude, respira, elude… define. Dudas que asaltan rudas y vastas, que fulminan la entereza y dan pereza, te hartan, te espantan, repudian la coherencia entre palabras y hechos, y resbalan por la decencia hasta caer en el despecho. Claridad necesaria y honestidad imaginaria que es un hecho si agarras el valor que siempre está al acecho y que evita el dolor, porque es hombre de provecho aquel que despierta el amor de una mujer con intención de amarla y afronta la reyerta con fulgor y saber hacer, no el que huye y destruye el deber y tan sólo pone prosa a la vida hermosa y no actúa, rebosa de palabras y no evalúa ejecutarlas, sino sólo contarlas. Atrévete amor, adéntrate en la pasión y que los hechos hablen y claven en los pechos tu talante. No hagas desplantes o tu vida será una broma, que hastía se asoma a cada camino sin sino, y con el corazón hundido por cobarde, tan sólo con el alarde cansino del hambre de destino. #MisNotitas
Un patio enredado y descarado que olía a jazmín y a besos traviesos, donde el carmín yacía ileso en el regazo, en un abrazo, y en el espejo en el que acontecía el resto de la vida. Una utopía convertida en espía de la luz de la luna, y de la espuma de una estrella fugaz que dejaba una cola capaz de quitar la jaula en la que ella estaba sola, y sola seguiría pero curada de aquella maula, enamorada de la aureola sonámbula. Y mirando al cielo, una gárgola, siniestra y con mirada de hielo, y diestra en el misterio de una noche extraña, donde las entrañas asomaban por el quicio de los ojos, donde las marañas de vicios eran despojos de un pasado coartado e incoloro, ahora vivo y sin decoro. Viva, transparente, no más inerte, sentida y fuerte. Un beso, un despertar, travieso, en un chaflán tatuado en la retina, con un galán que ha pintado con pátina la armadura, y ha coloreado la luna, y la autoestima… #MisNotitas