Lléname de amor. Cólmame de besos de rana y de cigüeñas frustradas, de mariposas aladas y de risas atontadas. Viértete en mi y llena mis emociones de canciones, de pasiones, y a trompicones átame verdades al catre, llévame a combate y revienta mis tuétanos de colores. Y no me sueltes la mano, colma mis tímpanos de espasmos, y mi boca de sabores. Muéstrame olores que devuelven favores y que el tacto nunca quede intacto en el reparto. Mírame siempre con la mirada encendida y que siempre haya luz prendida en la ventana, en la alacena y en mi calma. Haz que me sienta serena en mi vergüenza y cuando desnude mi alma y mi espalda, resplandezca mi karma. Y entre orgasmos te diré que me daba vértigo ser tuya para siempre, y ahora para siempre, me parece poco tiempo.
Nuevo año, expira lo antaño, araña el calendario, rasga con maña un año agrio y respira a la vida que está por venir, que hará sentir, que abandonará la ira que ayer fue y hoy no es. ¿Me ves, año nuevo? Yo te veo y te presiento, te leo en mi pensamiento, eres mi cuento antes de dormir y mi lamento al sucumbir en el estruendo de un beso y las alas de mariposa que lo rebosan, y lo posan en mis ganas. ¡Cántame una nana, que te espero en pijama! Que se calme un año magullado y quede por siempre apagado, que el nuevo llegue con ganas y venga alado, se cuele por las entrañas sin vado, llegue al corazón con toda la pasión y marañas de razón, tesón y vocación. Que venga lleno de color y que huela a amor. Ven a mi nueva vida, año, sentida, querida, permitida, acércate a mi prisma y siente el carisma de la que te recita, que es sencilla pero de alma bonita, que es vida y merece estar tranquila. Vela por ella, por todos, acércales una estrella que los bendiga, ya les toca, y enciende de nuevo la ilusión que ya no esté rota, te esperan vivo y sentido, un nuevo año decidido, permisivo y vertido en olvido de un veinte que nos ha hecho más valientes. Bienvenido veintiuno, yo, te acuno… #MisNotitas
La mala educación. Personas que aparecen y desaparecen sin explicaciones, que mal quedan, que prometen y ofrecen y solamente hay vacío, que juzgan y acometen contra sus ficticios paradigmas, sin principios, sin valores, huecos, egoístas… No comprendo la tónica actual del mundo, y más allá de Mafalda que decía que «por favor lo paren que se quiere bajar», yo no quiero bajarme, quiero seguir subida a la velocidad vertiginosa de mis valores, de mis principios, que no los comprende todo el mundo, pero que son míos y arraigados, que los defiendo encarnizadamente con uñas y dientes, aunque los pisen, aunque maltrechos se tambaleen, tiemblen y sufran, pero quiero pensar que son lo que tengo y mi mayor valor, los ofrezco, y que en el camino encuentro personas que empatizan con ellos, porque esa es la verdadera felicidad, cuando te sientes bien contigo y con las almas que te acompañan, efímeras o no, pero reales, duren lo que duren. Hoy es complicado esperar más, y esto no es un lamento, es una humilde reivindicación a que estas almas, estéis dónde estéis, salgáis, que os busco con hambre desesperada, con ansia de sinterme oveja de color, de nutrirme de vuestras conversaciones y acciones y aportar las mías, de aprender de vosotros, y de esta manera, caminar un sendero más fértil, juntos, de la mano. Os busco personas bonitas, con todo mi ser. Sé que estáis ahí, agazapadas, porque os sentís igual. En días en que la palabra y el honor quedan en segundo plano, en que el romanticismo de esencia queda aletargado, creo más importante que nunca manifestar estos deseos para sobrevivir a la verdadera pandemia: el virus de la falta de humanidad, empatía y respeto. Hombres disfrazados de falsos caballeros, personas vestidas de traje de emperador, profesionales que especulan con el egoísmo, familiares que creen que el amor es característica de su único beneficio intrínseco, amigos con los que en realidad nunca has contado… no os quiero cerca, porque doléis. La comunicación es el eje del mundo, no se juzga, se comparte y se cuenta, se dice y se mantiene la coherencia entre pensar, sentir, decir y hacer, y con servil modestia abro mi corazón a quién decida no pisarlo, y guardo las lanzas en el atolladero porque no quiero usarlas, quiero no necesitarlas… #MisNotitas#menfadao#yaestoymejor#escribirmecalma#vomitoemociones#palante
No, no resistiré. Y de hecho, no quiero resistir, estoy cansada de resistir. Resistir quiere decir recibir algo que ejerce fuerza o presión, sin moverse, ni sufrir daño o alteración, y no es el caso. Resistir quiere decir sufrir un padecimiento físico o moral, sin dejarse vencer por él y, a menudo, sin quejarse o tratar de evitarlo. Resistir, en definitiva, quiere decir sufrir, a ver si nos enteramos, y yo no quiero sufrir ni padecer, no quiero tener que resistir y no quiero no tener voz…
Yo quiero poder seguir defendiendo mis valores y principios, mi misión y visión, y seguir con mi constante golosería montada en mi vida, porque soy así, porque no quiero dejar de serlo, y porque no quiero participar de abalanzarme en el abismo al que nos empuja la situación actual y su mala gestión o resolución y volverme despiadada y cruel, egoísta y encarnizada para poder sobre vivir, no, no voy a flaquear.
Buscaré la manera de continuar adelante con mis proyectos u otros nuevos, con mis empresas o reinventándome, en otras empresas ajenas o equipos, pero con mis talentos, con mis conocimientos y, sobre todo, con mis valores y anclada en mis principios, con un filtro natural que los ponga en alza y con personas que se sientan como yo. No quiero fomentar otro tipo de sociedad, ya no quería antes, y ahora menos.
Todo tiene su parte buena, siempre, y por muy duro que esté resultando quizá el zarandeo no nos viene mal como filtro y como nuevo camino, quizá conseguimos cambiar algunos paradigmas que, en mi opinión, eran muy erróneos. Una situación así supongo que saca lo mejor y lo peor de las personas, y yo, a lo único que me resistiré con uñas y dientes (aunque sufra en la resistencia) es a las personas que escojan “lo peor”. Espero no tener que nadar a contra corriente y que la corriente predominante sea la de los que escojan “lo mejor”, porque de la otra forma es agotador, y no habremos aprendido nada…
No, no especularé, ni robaré, ni traicionaré, ni saquearé, ni pisaré… Son verbos que no comprendo ni quiero comprender. Usaré esa energía en cooperar, en ayudar, en resaltar mis aptitudes y conocimientos, mis talentos, mi fuerza, mi trayectoria, en trabajar y aportar… Como siempre he hecho, y como siempre seguiré haciendo. Buscaré y filtraré caminos que sientan lo mismo que yo y les daré la mano y una sonrisa. Y cada día, me acostaré con mis valores y principios inalterados, y con un pan que me habré ganado dignamente y en base a ellos. Es mi declaración de intenciones.
Vienen tiempos muy duros, de los que posiblemente aún ni somos conscientes, y en nuestra mano está el cómo utilizarlos. Posiblemente muchos perecerán en el camino, y muchos otros se enriquecerán de ello, a costa de las debilidades de los demás, pero no todos, y yo no quiero pertenecer a este grupo; otros seguiremos gestionando #cestadetrueque, y seguiremos poniendo en alza nuestra esencia, inquebrantable e inalterable, cobrando dignamente por lo que sabemos hacer y que hacíamos antes de todo esto, y filtrando nuevas formas de darlo a conocer y de seguir adelante, e incluso descubriendo nuevos y apasionantes caminos. Aportando. Es obvio que hay que cubrir las necesidades propias, y a mi me motiva hacerlo lo antes posible para estar bien y poder seguir dando, aunque la situación me obligue a aplazarlo porque si no estoy cubierta yo, no puedo dar, si yo no estoy bien, no puedo ayudar, y eso es motivo más que suficiente para seguir fuerte cada día, de la mañana al alba, de la desesperación a la motivación.
No, no me resistiré al sufrimiento, simplemente, trataré de no sufrir y de, por supuesto, no hacer sufrir.
Vienen tiempos convulsos, tiempos de post guerra, y si leéis todas las noticias e iniciativas que corren por las redes de comunicación, como la sangre por las venas de un soldado, también hay valor, fuerza, positivismo, entereza, creatividad, autoestima, belleza, actitud… y ese es el bando que escojo, en el que preparo las armas que lucharán contra la tiranía, el oportunismo, el egoísmo, la especulación, el saqueo… Desde la trinchera me agazapo preparando mis ballestas y esperando nueva munición, que si no llega, yo al menos transformaré la frustración y la rabia en fuerza y energía para combatir con más arrojo y no permitiré que mi valor flaquee, creeré en mi y en mi arsenal comunicativo, en mis flechas de amor, tendré fe en mi y en mi capacidad de seguir adelante, me reforzaré en mis raíces y en mi esencia…
No, no resistiré erguida frente a todo, simplemente, nunca he dejado de erguirme. No, no perderé todas las partidas, seguiré jugando a mi manera y algunas las ganaré. No, no duermo con la soledad porque me acompaña la gente a la que quiero y me quiere, y personas nuevas por descubrir y ser descubierta. No, no se me cierran salidas porque yo abro muchas otras. No, no siento miedo del silencio porque me permite pensar y escucharme. Si, si me mantengo en pie y no, no me quedo contra la pared, estoy en movimiento. No, no quiero soportar golpes ni que se me rompan los sueños. No, el mundo no ha perdido toda magia, de hecho, si miras por la ventana correcta, entre los aplausos y emociones, asoma más magia que nunca. No, señores, mis sueños no se rompen en pedazos, porque ahora sueño más que nunca, es un lienzo en blanco, y lo voy a dibujar con todos los colores, los que conocemos y los que están por descubrir.
(una que también es dinámica…)
Yo no quiero rodearme de saqueadores y mafiosos, de vampiros emocionales, de oportunistas y despiadados. No voy fomentar ese tipo de sociedad. Lo único que tengo son mis valores y principios, y no resistiré sufriendo, sino que los realzaré conscientemente, vestida con mi carmín rojo y mi sonrisa.
Mujeres empoderadas por aquí, hombres tristes y confusos por allí, miedo, prejuicios, mujeres contra hombres, hombres contra mujeres, hombres, mujeres, ¿personas?. Los caballeros son malos, las caballeras ahora son naturales, los halagos son malos, los insultos buenos, separamos, diferenciamos, pero decimos que buscamos igualdad, potenciamos la desigualdad luchando por la supuesta igualdad, no somos iguales… Vergüenza ajena, ¿en serio creéis que al mundo es mejor así? Yo no lo quiero, yo quiero el romanticismo, el respeto, quiero a mis hombres, a mis varones, y los quiero hombres… No me gusta, esto no me representa, no lo quiero, no me siento ni más ni menos que un hombre, ni que nadie, me siento más que una mala persona y menos que una persona ejemplar, me da igual el sexo, me siento mujer y me siento femenina que no feminista, y no me gustan los hombres confusos en su naturaleza porque así lo propician algunas. No me gustan ni los hombres ni las mujeres maleducadas, egoístas ni agresivas. No me gusta el color lila. Me gustan los piropos, me gusta sentirme bonita, y siempre me he sentido valorada en base a mi esfuerzo. Me gusta tener elección, y decir sí o no según me convenga. Sí es sí y no es no por sentido común, sin más aspavientos. No dudo de mí, dudo de que se han perdido los papeles. El respeto se lo gana uno o una, el valor profesional y personal, también. He luchado toda mi vida por mis valores y principios, no por un movimiento poco claro que no me representa. A mí me representa el respeto, el amor, la empatía, la solidaridad, y me representa el esfuerzo. No me gustan las etiquetas. Me gustan los hombres. Me gustan las mujeres. Me gustan las personas. Me gusta nutrirme de diferencias, sexos, razas, colores, idiomas, culturas, costumbres, historia… Creo en el amor y creo en complementarnos. Equilibrio. Deberíamos salir a la calle por luchar juntos, en general, no para luchar por las diferencias ni la segregación, sino por mucho mundo importante que luchar y por defender el pegamento que lo une, no el cuchillo que lo separa. Hoy en día, todo lo queremos segregar. Yo lo que quiero, es unir. Sororidad, pero también con mis hombres, sororidad con las personas que la merecen. Demasiado odio, rabia. Luchas incongruentes. Yo quiero flores, piropos y quiero sentirme mujer, sentirme Marta y seguir trabajando por ser mejor persona. Quiero rodearme de hombres y mujeres extraordinarios, y aprender, evolucionar, aportar. Quiero vivir en paz y feliz, y amar. No, el presente tal y como se plantea, no me representa.
Nuevo año, expira lo antaño, araña el calendario y respira a la vida que está por venir, que me hará sentir, que abandonará la ira que ayer fue y hoy no es. ¿Me ves? Yo te veo y te presiento, te leo en mi pensamiento, eres mi cuento antes de dormir y mi lamento al sucumbir en el estruendo de un beso y las alas de mariposa que lo rebosan, y lo posan en mis ganas. ¡Cántame una nana! Que se calme un año magullado y quede por siempre apagado, que el nuevo llegue con ganas y venga alado, se cuele por las entrañas sin vado, llegue al corazón con toda la pasión y marañas de razón, tesón y vocación. Que venga lleno de color y que huela a amor. Ven a mi nueva vida, sentida, querida, permitida, acércate a mi prisma y siente el carisma de la que te recita, que es sencilla pero de alma bonita, que es vida y merece estar tranquila. Vela por ella, acércale una estrella que la bendiga, ya le toca, ya no está rota, te espera viva y sentida…
En el cielo brilla otra estrella, porque eres ella. En el suelo llora la pena, porque ya no vuelas. Has cerrado tus alas, y he llorado tu calma, la de un suspiro que se ha apagado entre mis brazos, un latido que me ha dado el último abrazo. Te he querido diecisiete años, mi gatito, mi amigo, mi esponjoso gordito, mi Gizmo… siempre te querré, siempre serás mío… mi bebé bonito… (2003-2019) No puedo escribir más, no me sé expresar, hoy es un día muy triste, hace tres horas que te fuiste para no regresar y yo sólo quiero llorar…
En el cielo brilla una nueva estrella. Es mi beso extraviado, aquel que no te he dado, el que podría haber hecho mella pero se ha cansado. Ha esperado demasiado, ha llorado y se ha dañado. Los astros son rastros de caricias, teatros y pantomimas de estrellas ficticias que brillan con avaricia en los corazones, y si no se entregan, caducan sus razones y inundan cielos, nubes y reflejos, hasta muy lejos, para dejarnos perplejos los ojos y los despojos. Para mostrarnos de viejos cómo eran los posos de amores añejos que no se cumplieron, que sucumbieron a los espejos, los complejos y murieron, tristes y solos, libres y benévolos. Por eso los abuelos miran el cielo, por el duelo, por el peso de una vida de besos de hielo en el firmamento…
Normalmente este blog se ha dedicado a #MisNotitas y poco más, porque es mi blog personal y nada ha sido tan personal como desnudarme en mis poemas y reflexiones.
Hoy también quiero reflexionar, pero de una forma menos poética, aunque igual de desnuda…
Quiero recapitular sobre este año que ha sido probablemente el más duro de mi vida. No me avergüenza hablaros con esta franqueza y transparencia, todo lo contrario, con mis 42 años estoy muy orgullosa de poder hacerlo, porque la vida no es solamente un ensayo ni una fachada, ni son solamente buenos momentos en Instagram, la vida es también dureza y dolor, flaquezas y derrotas, dificultades infinitas del autónomo laboral y personal, como yo, y precisamente el asumirlas, meditarlas y levantarse de nuevo es lo que conforma el alma guerrera de una persona, lo trágico sería no tener el valor para caer y levantarse, que es maravilloso y es, en realidad, lo que nos define. Estoy orgullosa de poder contar mi verdad, mi vivencia, de reinventarme con vosotros, y creo que puede ayudar a motivar a otras personas.
Hace ya un año sufrí un revés importante en mi salud, y me vi obligada a parar mi vida durante un largo tiempo; en Febrero pasé por una delicada operación como consecuencia de varios meses de problemas. A priori puede sonar como una oportunidad de descanso, pero es una arma de doble filo, puesto que el descanso del guerrero significa tener que volver a prepararse para la guerra, con óxido en la armadura, con menos recursos que se han quedado obsoletos, se han gastado o simplemente con algunas mariposas que ya han dejado de volar. Durante mi convalecencia aproveché el tiempo todo lo que pude para prepararme para el regreso, monté un plan de empresa para mi nuevo proyecto, estudié, mantuve mi comunicación activa, busqué nuevas aventuras para mi vuelta, acaricié a mi red de contactos, hice todo lo posible, pero no fue suficiente, porque volví a un presente despiadado, encarnizado, donde otros que yo creía compañeros de años aprovecharon mi debilidad para saquear mis recursos, donde profesionales de confianza encargados de cuidar mis responsabilidades se han despreocupado y las han dejado de lado cuando más necesitaba que las vigilaran, donde clientes no empatizaron y simplemente aplicaron el «a rey muerto, rey puesto» con absoluta indiferencia y frialdad, y con una situación política y social que no ayuda nada en los momentos de flaqueza. Pero no pasa nada, porque soy vikinga y soy fuerte, y peleo como una jabata cada día por recuperarme y por volver a estabilizar mi vida, y lo estoy haciendo consciente y feliz, y con mis principios y valores bien puestos.
Ahora, físicamente y emocionalmente recuperada, lucho mucho, vuelvo a generar ideas, alianzas, ilusión y vuelvo a abrir los ojos y las orejitas atenta a nuevas oportunidades y caminos, siembro, y, sobre todo, tengo las mariposas cargadas, preparadas y muy dispuestas para volar. Mi corazón me pide un cambio de vida, me pide ser ave Fénix y resurgir, pero con una perspectiva mucho más madura y diferente, porque durante esta experiencia que viví me permití tiempo para la reflexión y el aprendizaje de mi misma, de reforzar mis valores y principios, mis capacidades y de poder volver a ofrecerme al mundo personal y laboral con todo lo que soy, con mi trayectoria y experiencia, con mis Debilidades, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades, sin miedo, aceptando retos diferentes e incluso con un cambio radical de vida si así se presenta. Lo que sí que es clave para mi tras esta experiencia es el reforzar aún más si cabe mi siempre convicción de que las alianzas, la cooperación, la unión de fuerzas y talentos, la colaboración es siempre inteligente, e incluso más en casos como el que me ha acontecido. Gracias a esta mentalidad y corazón cooperativo tengo ayuda, tengo fuerza que me acompaña, tengo ángeles de la guarda que me ayudan.
Busco poder darme a mis propias empresas o a empresas ajenas, y a mis propios amigos o amigos nuevos, a mis amantes pasados o a los que están por venir, a nuevos sueños o despertar sueños dormidos. En cualquier caso, busco deshacerme de toxicidades y abrazar emociones nuevas y bonitas. Necesito volver a sentirme realizada, creer en mi y sentir que todo mi camino deriva en algo nuevo y precioso que me ha estado esperando, explotar, vivir, reír, aprender nuevas aventuras, sorprenderme con emociones antes dormidas, desafiarme a mi misma con nuevos retos, abrirme a nuevas aventuras, conocer otros sectores laborales, entregar todo lo que tengo en el profolio de mi experiencia a aquellos que lo quieran valorar … Tengo los sentidos y los ojos bien abiertos. ¿Eres tú? ¿Es quizá tu empresa? ¡Aquí me tienes!
La enfermedad enseña cosas hermosas si las sabes mirar, es una universidad muy poderosa y te abre los ojos de muchas maneras, la convalecencia te pone a prueba y te reta, te enfrenta a ti misma, y te muestra que muchas cosas o personas eran más pequeñitas de lo que pensabas y que las grandes cosas en realidad son las pequeñas emociones que te llenan pedacitos de corazón, rincones, formando un puzzle armónico y perfecto. Te enseña a filtrar. La debilidad afianza tus valores y principios y te muestra quién eres en realidad, te acerca un espejo y te descubre lo mejor y peor de ti, pero en cualquier caso, hace que te reconozcas y te quieras y te ofrece nuevas perspectivas si estás dispuesta a mirarlas. Madurez y perspectiva. ¿Os he contado que he empezado en clases de canto? Algo que siempre me hizo ilusión hacer…
¡Aquí estoy de nuevo, vida, ven a mí que yo camino hacia ti!
Querido diario, dile que le espero, dile que le pienso, dile que el tiempo es sicario y que el verso otorga un reverso al fario. Dile lápiz que estoy completa con sus pedazos, como un tapiz a trazos que aguarda su llegada y se apiada de los lamentos y los tormentos. Dile que no sé cómo es él, pero que tengo fe en el descubrimiento y que se que será apuesto por fuera y por dentro. Dile que aguardo, a salvo, con tiento en el resguardo de mi espejo. El reflejo es viejo y es travieso pero cada día deja más ileso el complejo y más dañado el manejo de lo que veo en él, porque tus pedazos son huecos en la piel, porque no has llegado y no los has llenado. Te espero, te aguardo, deseo tu respaldo. Descúbreme, complétame, que ardo, que cuanto más tardo, más muero, más sueño y más distorsiono el ceño y el cuero.
No entiendo el presente, con su gente inerte, con la falta de duende. No comprendo la vida sin su carisma, y mi prisma no olvida que mi corazón se revuelve con los estigmas de la razón y también de la pasión, que los combina, que los destina a un único objetivo que siempre es el motor: el amor. Desde cualquier perspectiva, por doquier, la vida hoy agresiva no nos deja ser, está perdida, confusa, rendida, difusa… Antaño una mujer era musa, no de un rebaño, y no resultaba extraño su valor, como un paño de furor que cuando sonreía, se la defendía desde un caballo ganador o perdedor, pero se hacía, se insistía, se merecía. No concibo el presente inerte donde todo vale y nada es fuerte, donde sobresale lo esquivo y el compromiso iluso es como un guiso insulso, lascivo, repulso y tan sencillo que pierde brillo. Yo quiero ser mujer, quiero merecer y ofrecer a un caballero coherente, fuerte, seguro y presente. Quiero salero, esmero, y sentir el sosiego de valer lo que valgo, con respaldo, con apego seguro y decidido, continuo y permitido en un presente sentido. Quiero que la vida me vuelva a dar lo que una vez sentí al amar y evocar lo correspondido hasta el infinito y más allá.
No me regales rosas, mejor un rosal, que pueda cuidar, que pueda regar, que pueda mimar y al verlo recordar que alguien me regaló un pedacito de vida antes de quedar dormida, antes de sentir que la vida huele a flor y a fulgor, que está ida, que es clamor…
Hoy he soñado contigo, pero no te lo digo. Hoy he volado y he sentido, pero no lo escribo. He observado el trigo desde el ocaso, en el cielo, en mi vuelo raso, pero no lo compartiré contigo. He rozado el mar con los dedos, al descender de los cielos, lo he tocado, y he llorado. Hoy he visto tu sonrisa en una brizna de brisa, y la he aspirado. No te mencionaré que hoy me has besado, ni te contaré que me ha gustado. No te hablaré del pasado ni te diré que hemos volado a un lugar apartado. No compartiré que te he amado y que cada día he anhelado el abrazo ahogado, ni que hoy hemos surcado las nubes azules ni las luces del beso fallado.
Sordo el eco del beso, sordo y travieso, que me mira desde lejos, tanto que ya no me acuerdo. Vuela raso en el ocaso rozando el cielo con las manos y
Huele a viejo y a sueños, a veces espejo a veces empeño en un mundo parejo. Reflejo desnudo que muestra otros mundos,
Quiero escribir y no puedo, estoy seca, quiero decir que en el pecho tengo una saeta y muero. Vierte la sangre inerte y amable que se desparrama por la vendeta afable, pues no es viable la trama ni el sable, tan sólo debo olvidarle.
He besado muchas ranas, pero la de hoy, me ha besado a mi. Me explico.
Hoy me ha besado una rana; con una nana mecía mis canas y la vida me ha pasado en un instante, frente al estanque. Se ha parado, se ha detenido, y ha nublado todos mis sentidos. Hoy ha sido un día mágico, de reencuentros nostálgicos y vida en pedazos y abrazos formando un retablo maridado con vino, y con sino. Hoy mi camino ha sonado lleno, pleno, y el destino ha acompasado a una soprano y a un barítono. He descubierto un rincón mágico, con un fervor extraño y trágico porque mi rana ha cantado sólo en momentos señalados y me ha enseñado que los tormentos infundados no entienden de pasado, y que el futuro es duro porque aún no ha llegado. Hoy es el presente maduro de una vida contemplando corazones inertes de los que me saturo, pero de repente, en un jardín puro, mesuro mi temple y rezuma vida, en el cantar de una pequeña rana sentida, en el bailar de las ganas de frescura y hermosura, en el vibrar de una amiga curtida que me anima, en el despertar de un encuentro con un conde que se esconde entre bambalinas y aires de tramuntana para mostrar con más ganas su carisma. Hoy Rossini y Puccini han cantado con una rana, mi rana, la que me ha dejado hechizada en el corazón de una montaña…
(Recuerdos del verano pasado, una tarde de ópera en los jardines de la Posesión de Son Vich de Superna, en la que una rana de la fuente acompañó a los cantantes y me dejó hechizada en una experiencia mágica).
Descubrí que un sueño es frondoso y borroso, que en el empeño de conocer su poso, perecí. Murió mi razón y se fundió mi corazón, y mi esencia salió airosa tras una mariposa cuya presencia es borrosa, porque no bate las alas sino que le laten las entrañas y osa arañar la calma en la noche estrellada, pero colapsa, y con la mirada rasa, se para. Crisálida frustrada, escuálida cruzada que arrebata la vida paralela de una aventura oscura en la imaginación y en la candela, de la locura traicionera, de la membrana de las alas que la llevan donde quiera pero no a la quimera, no a la pureza de una vendeta, no a la rareza de un fantasma que engancha, que veta, que otorga escarcha y que plasma en un sueño, el más puro desvelo en un empeño de alzar de nuevo el vuelo…
Descubrí que un sueño es frondoso y borroso, que en el empeño de conocer su poso, perecí. Murió mi razón y se fundió mi corazón, y mi esencia salió airosa tras una mariposa cuya presencia es borrosa, porque no bate las alas sino que le laten las entrañas y osa arañar la calma en la noche estrellada, pero colapsa, y con la mirada rasa, se para. Crisálida frustrada, escuálida cruzada que arrebata la vida paralela de una aventura oscura en la imaginación y en la candela, de la locura traicionera, de la membrana de las alas que la llevan donde quiera pero no a la quimera, no a la pureza de una vendeta, no a la rareza de un fantasma que engancha, que veta, que otorga escarcha y que plasma en un sueño, el más puro desvelo en un empeño de alzar de nuevo el vuelo…
Siento la vida como una vendimia, corto los frutos y los reinvierto en procesos que los hacen mejores, menos brutos, que con la alquimia, los resuelve y otorga nuevos sabores, texturas y dones. Qué envidia ser fruto, ser aquello que envuelve colores y sentidos, mullidos, resultones y manidos. Ser objetivos en el camino, ser posibilidades de sino, ser positivos con un progreso adivino que toque lo divino o se quede en el camino, pero ser. Emerger. Proceder. Oler. Ser aroma que asoma por el quicio de la vida, como una diva, que se transforma y se llena de alegría. Ser una materia prima que resuena fina en los ecos del ocaso, estar de paso y vestirse de raso cuando se procesa para dar paso a una nueva leyenda, como el vino, que tras largo camino halla un nuevo destino, de uva a duda, que se vierte en una copa y provoca, muda. Yo quiero ser, quiero emerger y verter mi talento en un tormento que me cueste, pero me haga florecer, que me tueste la piel y me curta la razón, el corazón, y la hiel. Quiero ser, quiero ver, quiero retroceder y ser ingrediente poco corriente, fruta ardiente y ser fehaciente, y que me empiecen, me procesen, y me despierten . Quiero empezar de nuevo, y volver a ser el señuelo de un sueño.
Soñar y crepitar, crepitar y volar, volar y empezar. Comenzar desde el impulso de un desengaño, echar un pulso en vano y acumular daño que cicatriza una entraña y deja el resto al descubierto, en una maraña de respeto, tristeza enfermiza y acierto, pues si no es no tiene que ser, si no ves no tienes que ver, si no eriza la piel no merece el desconcierto. Pero duele, ya no huele el pelo a su beso seco y piensas que pierdes, pero lo que sientes es tan sólo un eco que se quiebra en el suelo y tiembla en el recuerdo. Al fin al cabo mereces más que un estrago en el que te meces descalzo, en el que el abrazo es opaco y despiadado, que sin cuidado atrapa en un calco un recuerdo olvidado y pausado, un tremendo deseo no realizado que siempre siempre es en vano…
( Los dibujos que uso son de Nonnetta porque me fascinan, buscadla en Internet, es maravillosa)
Amanece pesado el día, pero aparece alado. El sabor salado en la boca tras una noche opaca donde la persiana filtra los rayos, que se vierten despacio. He soñado, no lo recuerdo pero ha sido intenso, y el cuello mojado, el espacio revuelto, me hablan de tu recuerdo. Destaca tu olor, pero sin color, sólo pesado y marcado por el ardor del pasado. No hay fulgor, no hay dolor, no hay rencor, no hay nada, solamente la cama. Barras de hierro anoche descaradas, hoy calmadas en el recuerdo. Gritan tu nombre en silencio, murmullan el anhelo de tu pelo y del estruendo. Boca magullada ahora sin palabras y pausada, esperando el primer café de la mañana acompañada del alba. Suena la música, única, cuerda. Vierte la vergüenza de imaginarme amada, y sin darme cuenta, no ser nada. Se esfuma la mañana, se vuelve rancia, tengo que salir de aquí y mantenerme ocupada para no pensar en ti y ser libre, con mi calma, con el timbre de mi cabeza sensata y mi nada. Tengo que andar para no entumecer la calma y deshacer la pausa, sentir la brisa escasa en la piel y volver a nacer. Nacer intacta, sola y sin escarcha en la espalda, sin memoria en el roce de tu piel en mi hiel y la noria de mis recuerdos. No los quiero, no quiero saber ni creer, no quiero verlo, no quiero olerlo, no quiero perder el cielo, tu cielo, mi cielo, nuestro cielo, nuestra concordia.
Querido diario, dile que le espero, dile que le pienso, dile que el tiempo es sicario y que el verso otorga un reverso al fario. Dile lápiz que estoy completa con sus pedazos, como un tapiz a trazos que aguarda su llegada y se apiada de los lamentos y los tormentos. Dile que no se cómo es él, pero que tengo fe en el descubrimiento y que se que será apuesto por fuera y por dentro. Dile que aguardo, a salvo, con tiento en el resguardo de mi espejo. El reflejo es complejo y es travieso pero cada día deja más ileso el complejo y más dañado el manejo de lo que veo en él, porque tus pedazos son huecos en la piel, porque no has llegado y no los has llenado. Te espero, te aguardo, deseo tu respaldo. Descúbreme, complétame, que ardo, que cuanto más tardo, más muero, más sueño y más distorsiono el ceño y el cuero.