Miedo
Todos sabemos que el miedo es un mal aliado, porque paraliza, porque boicotea sueños, porque genera dudas, porque mata mariposas… pero a veces es también necesario, porque activa la prudencia, la razón, la planificación, la sensatez…
Yo no sé si es bueno o no ahora, pero lo siento, no puedo evitarlo. A pesar de luchar por ser positiva, de reflexionar en positivo, no puedo evitar sentir la punzada del miedo también, supongo que es natural.
En esta segunda ocasión el dolor previo ha sido mayor, de hecho, llevo desde el día 4 con morfinas y corticoides, lo cual es ya demasiado tiempo. Por eso, anteayer decidí dejarlos, y hoy he tenido que volver a consumirlo con el primer café porque no resisto este dolor. No he dormido, ahora mismo son las 5 de la madrugada y llevo de nuevo ya dos horas en pie, como casi cada día desde que comenzó esto en Semana Santa. Quizá la falta de sueño y el dolor agudo influyen en mi ánimo y mis miedos, y que esta vez me esté costando un poquito más ser positiva como normalmente soy, y no, no quiero, quiero afrontar esto con buena actitud de nuevo y quiero transmitirlo, pues eso, además, puede ayudar a otras personas. Estar oscura no, no ayuda a nadie, empezando por mi misma. No obstante, estoy irascible.
Por eso, lucho por combatir mis terrores con mis pequeñas rutinas, con mi escritura, y con mis redes sociales que me ayudan a recibir energía tan bonita que me empuja, gracias a todos vosotros. Desde un mensaje de aliento cariñoso, hasta los regalos bonitos y sorpresas físicas que me hacéis llegar algunos de vosotros, me siento acompañada, me siento parte de una comunidad que, a pesar de que el momento social actual es complicado y de tendencia escaso en valores y principios en general, si que es cierto que el ser humano en situaciones de crisis y viendo el malestar de otro ser humano sacamos humanidad y empatía, y nos solidarizamos. Por lo tanto, compartimos miedos y eso, es más llevadero. GRACIAS
Son las 5 de la mañana y se me atragantan las palabras, se me hacen nudo, las intento vomitar como siempre pero se me resisten, cada día estoy más cansada.
Tengo miedo si, pero no dejaré que pueda conmigo, porque en realidad yo siempre me he crecido ante las adversidades, siempre he sido fuerte, una superviviente y una guerrera y no de pose, sino de las que batallan. Mi vida siempre ha sido batalla, nunca tranquila, cada vez que superaba un combate aparecía el siguiente. Con mis 46 años ahora tengo muchas cicatrices, pero también muchas vivencias y experiencias para manejar las trifulcas de la vida, estoy más cansada, más mayor, pero sigo siendo una buena guerrera y esta vez, también lo volveré a ser, y trataré de hacerlo con una sonrisa. Hay que sonreirle a la vida, porque sabe lo que hace. Porque las pruebas y retos que te pone tienen un por qué, y siempre te enseñan cosas y te curten, y te hacen mejor persona.
El camino de la batalla es duro, por supuesto, te lastima, te deja marcas, pierdes a gente por el camino, te deja traumas en las emociones…, pero también te muestra cómo sanar las heridas, te fortalece, te enseña humildad, deja en tu vida a la gente que sí debe estar, y hace que tus emociones sean más puras y bellas y las asienta. Te hace reflexionar, te produce fe, te hace luchar por el futuro, los sueños, los objetivos, las ganas…
Todo irá bien. ¿Me ayudáis a combatir el miedo?
- Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa. Isaías 41:10
Desde mi jardín ahora mismo: