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Gritos ahogados, despiadados. Silencios estridentes, candentes. No puedo, me quemo, no puedo, me temo. Mariposas despistadas, defraudadas, aletean sin rumbo dando tumbos. Días de verano insanos, días de letargo maltrechos, despechos y despiadados, anulados y en barbecho. Tan cercano y tan lejano, tan profano de un amor y un clamor, de un hermano de alma, y de calma… ¿no lo ves? Todo está al revés…