Soñar y crepitar, crepitar y volar, volar y empezar. Comenzar desde el impulso de un desengaño, echar un pulso en vano y acumular daño que cicatriza una entraña y deja el resto al descubierto, en una maraña de respeto, tristeza enfermiza y acierto, pues si no es no tiene que ser, si no ves no tienes que ver, si no eriza la piel no merece el desconcierto. Pero duele, ya no huele el pelo a su beso seco y piensas que pierdes, pero lo que sientes es tan sólo un eco que se quiebra en el suelo y tiembla en el recuerdo. Al fin al cabo mereces más que un estrago en el que te meces descalzo, en el que el abrazo es opaco y despiadado, que sin cuidado atrapa en un calco un recuerdo olvidado y pausado, un tremendo deseo no realizado que siempre siempre es en vano…

 

( Los dibujos que uso son de Nonnetta porque me fascinan, buscadla en Internet, es maravillosa)