A qué huele el tiempo si pasa tan rápido que no deja aroma? Por el quicio de la puerta asoma, curioso, rencoroso y despistado, y se aleja fugaz y hacendoso. Y te deja pasamado; a veces es bochornoso ver que se convierte en cana, en arruga o en cansancio, pero sobre todo, emana una duda con sabor rancio. Qué aportaré con mi paso por el lienzo de la vida? Me he mantenido firme en mi comienzo, viva o dormida? Aún me queda sendero, todavía me siento diva de mi función y en mi reguero abunda la emoción. Estoy a tiempo de enmendar, aprender y de sentir, y me fascina vivir y rodar. Defiendo que la madurez no ha convertido en soez lo vivido, en escasez lo prohibido, que siempre es mas entretenido, y en desfachatez lo permitido, ya que suele ser más aburrido. Aun me queda mucho por aprender, por caminar, por conocer y por amar. Mi pasión es un volcán en constante erupción y mi afan de superación me motiva el corazón y me hace andar, y volar, y a veces perder la razón. Siento la vida en el estómago y estoy ávida de pócimas de un mago que me haga ver las estrellas, e incluso caminar hacia ellas, y que ese sendero que recorro convierta el segundero en minutero en cantidad, para que pase más lento, y viceversa en calidad para que sea mayor en incremento. Es un privilegio sentir el paso del tiempo y es escaso el sortilegio. #MisNotitas