Seleccionar página

Ronroneos de un noche calmada a la luz tenue de la llama. Meditaciones inertes y paseos por los rincones del subconsciente. Si te escuchara ahora no lo creería porque me sorprenderías ensimismada en el recuerdo, aletargada en un espejo que me muestra mi alma y mi complejo. Un día tu voz se convirtió en eco y desde entonces tan solo eres algo que fue y no fue. Y a veces peco y doy algún traspié cuando vuelvo la vista atrás y casi te huelo de nuevo. Y a veces pretendo que ya no te siento cuando te veo y sonrío y miro al frente una vez más, y trato de mostrar mis ojos vacíos pero me sale mal. Algunas veces son cristalinos, otras opacos, o quizá sonrío de pena y lloro de risa, o aplaco la solera de la decepción que una vez sonó como una canción, y ahora ha dejado un halo de prisa por que ya no suene tu brisa, ni tu recuerdo, ni mi emoción. Me hago mayor, maduro, y aprendo de cada error y lo apuro para poder ser mejor cada día y en cada nueva melodía. Ya tan sólo eres eco, y yo sólo me mezo sola en el lecho…

(los dibujos son de Nonnetta, y me parecen preciosos)