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Querido diario, dile que le espero, dile que le pienso, dile que el tiempo es sicario y que el verso otorga un reverso al fario. Dile lápiz que estoy completa con sus pedazos, como un tapiz a trazos que aguarda su llegada y se apiada de los lamentos y los tormentos. Dile que no se cómo es él, pero que tengo fe en el descubrimiento y que se que será apuesto por fuera y por dentro. Dile que aguardo, a salvo, con tiento en el resguardo de mi espejo. El reflejo es complejo y es travieso pero cada día deja más ileso el complejo y más dañado el manejo de lo que veo en él, porque tus pedazos son huecos en la piel, porque no has llegado y no los has llenado. Te espero, te aguardo, deseo tu respaldo. Descúbreme, complétame, que ardo, que cuanto más tardo, más muero, más sueño y más distorsiono el ceño y el cuero.