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Mira el fuego y piénsalo luego, no pienses ahora con los dientes agrios, no tiembles ahora por los agravios de una rosa no entregada o una lágrima más robada, no dejes que los labios perciban el sabor del dolor porque nada suma, resta, y rezuma del gusto de la indigesta parte del amor, la zona oscura, la que dura hasta que se apaga el sol y comienza el desazón de una reyerta dura, la que batallas contigo misma que hace fallar el carisma y te esconde el domingo y te asoma a un abismo. No dudes de la magia que se oculta dentro, lacia, y en el más íntimo pensamiento, que es un tormento, escancia los sentimientos y decanta ínfimos momentos. Llueve y crepitan las gotas, y el fuego. Duele y se despistan las motas de polvo en el duelo, rancias, rotas y sin señuelo, perdidas y con las pasiones adormecidas sin vuelo. Es un estorbo. El espejo lo refleja y aconseja mirarlo luego porque ahora no es sensato, dolerá menos al rato, morderá menos el espanto. Es complejo, pero esto, también pasará, si hacemos un trato, si mi autoretrato perplejo tan sólo mira el fuego crepitar, todo volverá a brillar. #MisNotitas