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Sus plumas estaban mojadas, no podía volar, las nubes escarchadas del largo esperar. Su aliento gélido, ahogado su lamento, pálido su tormento y, en ese momento, el ocaso y un suspiro escaso de otro color. Y se le olvidó el dolor, y absorvió el calor de los rayos del sol, y admiró su furor… Tonos magentas, anaranjados y rosados tras la tormenta, osados, pintando el cielo admirado y nunca así contemplado. Ya no sentía frío en las plumas, ya no dolía su corazón en brumas, sonreía y latía, sin razón, sin penumbra, en un lienzo de espuma de mar, en un comienzo, en un volver a volar. Y sin darse cuenta se secó su plumaje, y contenta comprendió el mensaje… #MisNotitas