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Espejos demasiado complejos para ser comprendidos, que encienden sorprendidos la mirada fija, ya no les tengo miedo, soy hija del viento y no hay lamento, solo fuerza y pureza, y chispa sin tormento. Maestros que me han enseñado a mirarme, con los que he soñado vengarme del viejo reflejo austero. Y veo los colores de los sombreros que visten mis pudores y veo floreros que llenan de perdones el decorado tan esperado, con flores, sin temores, entregado. Grande, ya no más cobarde, ya ha pasado y huele a libertad, en soledad pero acompañada de la mirada ensimismada en el espejo, aquel que refleja el alma, aquel que sonríe travieso, y se va andando lejos y en calma. Ya no huele a miedo, ya no duele la imagen, ya no importa el sombrero porque es mio mi ángel, el que llevo dentro. Y lo reparto, y lo comparto, y lo vierto sin miedo porque prefiero soltarlo a que se marchite en mi pecho, porque tengo tantos besos acumulados y que no he dado que rebosan en el reflejo de un espejo contento y más que nunca despierto y en barbecho… #MisNotitas